Calles y miradores con más encanto de Edimburgo

Edimburgo es una ciudad para perderse, callejear sin rumbo y descubrir rincones que parecen sacados de un cuento. Entre callejones medievales, calles adoquinadas y miradores impresionantes, hay lugares que te roban el aliento con su belleza.

Desde la colorida Victoria Street, inspiración para el Callejón Diagon, hasta la encantadora Circus Lane, pasando por los escondidos closes de la Royal Mile y los mágicos paisajes de Dean Village. Y si lo tuyo son las vistas panorámicas, no te puedes perder lugares como Calton Hill, The Vennel o Arthur’s Seat, donde la ciudad se despliega ante tus ojos.

En esta guía te llevamos a descubrir las calles más bonitas y los mejores miradores de Edimburgo.

Empecemos por las calles:

1. Victoria St

Victoria Street es una calle sacada de un cuento, con su curva perfecta, fachadas de colores vibrantes y tiendas peculiares, es una de las calles más fotografiadas de la ciudad. Su aire encantador la ha convertido en un lugar imprescindible para pasear, comprar recuerdos y disfrutar del ambiente único de la capital escocesa.

Construida en el siglo XIX para mejorar el acceso a Grassmarket, Victoria Street aún conserva su esencia medieval, con sus edificios históricos y una mezcla de comercios que van desde librerías antiguas hasta tiendas de magia y regalos únicos. No es de extrañar que se diga que fue la inspiración para el Callejón Diagon de Harry Potter.

Entre sus rincones más interesantes destacan The Elephant House, donde J.K. Rowling solía escribir sus primeros bocetos de la saga, y la famosa Museum Context, una tienda repleta de artículos mágicos y recuerdos para los fans de la literatura fantástica.

Pero más allá de su conexión con el mundo mágico, Victoria Street es simplemente un placer para recorrer. Puedes perderte en sus tiendas de productos locales, probar un buen whisky en un pub tradicional o simplemente disfrutar de la vista mientras subes la calle. Ya sea de día o iluminada por la noche, este rincón es una joya que enamora a todo el que lo visita. 

2. Circus Ln.

Si hay un rincón en Edimburgo que parece sacado de una postal, es Circus Lane. Esta pequeña calle adoquinada, escondida en el barrio de Stockbridge, es un paraíso de tranquilidad con sus casitas de piedra cubiertas de enredaderas, puertas de colores y flores adornando cada rincón.

Originalmente, Circus Lane servía como establos y viviendas para los cocheros de la alta sociedad que vivía en las grandes casas georgianas de los alrededores. Hoy en día, es una de las calles más bonitas y fotogénicas de la ciudad, ideal para dar un paseo lejos del bullicio turístico.

Es el lugar perfecto para una caminata relajada, una sesión de fotos o simplemente para disfrutar de la atmósfera acogedora del Stockbridge Village, uno de los barrios con más encanto de Edimburgo, lleno de cafeterías, tiendas independientes y mercados locales.

Mary Kings Close

Un viaje al Edimburgo subterráneo y misterioso. Este antiguo callejón, sellado durante una epidemia de peste en el siglo XVII, guarda historias de fantasmas y tragedias. Hoy, puedes recorrerlo en visitas guiadas donde descubrirás la historia de Annie, la niña fantasma que, según dicen, sigue buscando su muñeca perdida.

Es una actividad de pago que dura 1h aprox. y el idioma es el inglés. Pero si te bajas la app podrás seguirla en español con tus auriculares. No te olvides de reservarla con tiempo porque se agota y más en temporada alta.

Los Closes de la Royal Mile

Los closes son pequeños pasadizos que se esconden a los lados de la Royal Mile y que guardan siglos de historia. Algunos conducen a patios encantadores, otros a callejones oscuros con leyendas de fantasmas. Los más conocidos son Advocate’s Close, con su vista impresionante del Monumento a Scott, y White Horse Close, que parece sacado de una película medieval.

Si quieres ver los mejores closes de Edimburgo pincha AQUÍ.

LOS MEJORES MIRADORES DE EDIMBURGO

The vennel

Si quieres sentirte en la cima del mundo (o al menos de Edimburgo), Arthur’s Seat es el lugar perfecto. Este antiguo volcán extinto, ubicado en Holyrood Park, es el punto más alto de la ciudad y ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de Edimburgo, el Fiordo de Forth y más allá.

Con 251 metros de altura, la subida es una pequeña aventura, pero hay varias rutas según tu nivel de energía. Desde un ascenso más empinado y directo hasta senderos más suaves, cualquier esfuerzo vale la pena cuando llegas a la cima y ves la ciudad extendiéndose a tus pies.

La colina está envuelta en mitos y leyendas. Algunos dicen que podría ser la mítica Camelot del Rey Arturo, de ahí su nombre, y otros creen que aquí se encontraron antiguas tumbas prehistóricas. Lo que es seguro es que su ambiente místico y su naturaleza salvaje te harán olvidar que estás a solo minutos del centro de la ciudad.

Perfecto para ver el amanecer, hacer un picnic o simplemente disfrutar del aire libre, Arthur’s Seat es una escapada natural dentro de Edimburgo que no te puedes perder. 

Calton Hill

Si buscas uno de los rincones más fotogénicos de Edimburgo, The Vennel es el lugar perfecto. Este discreto callejón con escaleras de piedra ofrece una vista espectacular del Castillo de Edimburgo, enmarcado entre antiguas murallas y faroles de época.

Ubicado cerca de Grassmarket, The Vennel es un sitio poco conocido por los turistas, lo que lo convierte en el mirador ideal para disfrutar de una postal perfecta sin multitudes. Durante el día, la vista del castillo es imponente, pero al atardecer, con el cielo teñido de tonos anaranjados y las luces de la ciudad encendiéndose, la escena se vuelve simplemente mágica.

Además de su vista privilegiada, The Vennel tiene un aire histórico, con su camino de piedra y su atmósfera de película. Es el lugar perfecto para una foto increíble o simplemente para tomarse un momento y admirar la majestuosidad del castillo desde una perspectiva única.

Si quieres descubrir un Edimburgo más auténtico y sin prisas, este rincón escondido es una parada obligatoria en tu recorrido por la ciudad.

Arthur Seat

Si quieres sentirte en la cima del mundo (o al menos de Edimburgo), Arthur’s Seat es el lugar perfecto. Este antiguo volcán extinto, ubicado en Holyrood Park, es el punto más alto de la ciudad y ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de Edimburgo, el Fiordo de Forth y más allá.

Con 251 metros de altura, la subida es una pequeña aventura, pero hay varias rutas según tu nivel de energía. Desde un ascenso más empinado y directo hasta senderos más suaves, cualquier esfuerzo vale la pena cuando llegas a la cima y ves la ciudad extendiéndose a tus pies.

La colina está envuelta en mitos y leyendas. Algunos dicen que podría ser la mítica Camelot del Rey Arturo, de ahí su nombre, y otros creen que aquí se encontraron antiguas tumbas prehistóricas. Lo que es seguro es que su ambiente místico y su naturaleza salvaje te harán olvidar que estás a solo minutos del centro de la ciudad.

Perfecto para ver el amanecer, hacer un picnic o simplemente disfrutar del aire libre, Arthur’s Seat es una escapada natural dentro de Edimburgo que no te puedes perder. ¿Listo para la aventura?

Monumento a Scott

Dominando el skyline de Princes Street, el Monumento a Scott es una de las estructuras más icónicas de Edimburgo y el homenaje más grande jamás construido en honor a un escritor. Dedicado a Sir Walter Scott, el célebre autor de Ivanhoe y Rob Roy, este impresionante monumento neogótico se alza con sus 61 metros de altura, decorado con intrincadas esculturas y figuras literarias.

Si te atreves a subir sus 287 escalones, serás recompensado con una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. A lo largo del ascenso, podrás detenerte en diferentes plataformas para admirar de cerca los detalles arquitectónicos y las estatuas que representan personajes de las novelas de Scott.

En la base del monumento, encontrarás una gran estatua de mármol de Sir Walter Scott acompañado de su fiel perro Maida, un detalle que refleja el amor del escritor por Escocia y la naturaleza.

Construido en 1846, este monumento es un símbolo del impacto que Scott tuvo en la literatura y la identidad escocesa. Ya sea que decidas escalarlo o simplemente admirarlo desde los jardines de Princes Street, es una parada imprescindible en Edimburgo. ¡Un monumento digno de una leyenda literaria!

New College

Este es un lugar que muchos pasan por alto… ¡y es una pasada! En plena colina, justo al ladito de la Royal Mile y con vistas épicas sobre Princes Street, se esconde uno de los rincones más impresionantes (y menos visitados) del casco antiguo: el New College, parte de la Universidad de Edimburgo y sede de su Escuela de Divinidad. Y sí, parece sacado directamente del universo de Harry Potter.

Con su fachada neogótica, su entrada majestuosa y ese aire misterioso, es el típico sitio donde esperas ver a profesores con capa y estudiantes levitando libros. El patio interior es tranquilo y precioso, ideal para hacer fotos o simplemente sentarse un rato lejos del bullicio.

Aunque el interior no siempre está abierto al público, el patio y las vistas desde la terraza trasera son totalmente accesibles, y lo mejor es que no hay multitudes. Es como tu castillo privado por un ratito.

💡 Tip oculto: Desde la parte trasera del edificio puedes ver una panorámica alucinante del norte de la ciudad, con los jardines de Princes Street abajo y el mar al fondo. ¡Un lugar mágico para descansar entre visitas!

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