
Menorca no es solo calas de aguas turquesas y paseos en barco. También tiene pueblos que parecen sacados de una postal… o de un decorado de peli. Algunos son tranquilos y otros más animados, pero todos tienen ese “algo” que te hace decir: “Aquí me quedaría a vivir”.
Aquí van nuestros favoritos, con lo que más nos gustó a cada uno:
1. Binibeca: El Pueblo Blanco de Cuento
¿Has oído hablar del “pueblo más cuqui del mundo”? Es éste. Callejuelas encaladas, puertas de colores, ventanas diminutas… ¡Parece que en cualquier momento va a salir un duende a saludarte! A los peques les flipa jugar a esconderse entre los arcos y a nosotros nos pareció un sitio genial para las fotos familiares.
- Lo mejor para niños: Jugar al escondite, perseguir gatos, comerse un helado en el muelle.
- Momento top: Ver el atardecer desde las rocas, en silencio total. Magia pura.
- No te pierdas: El Bar Binibeca (terraza con vistas al mar) y perderse por el laberinto de calles.
💡 Tip viajero: Evita las horas punta (¡se llena!) y lleva calzado cómodo.
Si quieres explorar Líthica, aquí tienes toda la info: Binibeca: un laberinto de aventura en miniatura.

Binibeca
2. Mahón: La Capital con el Puerto Más Largo del Mediterráneo
La capital de la isla tiene rollo cosmopolita, pero sin perder su esencia menorquina. Bajamos al puerto por esas callecitas empedradas y acabamos viendo un crucero atracado justo al lado de una barquita de pesca. Contrastes que molan.
- Lo mejor para niños: montar en el ascensor panorámico, ver los barcos pasar y tomar un helado.
- Momento top: Ver cómo hacían ensaimadas rellenas de crema al momento en Forn des Teatre.
- Curiosidad: Las escaleras del puerto tienen rampas centrales… ¡para deslizar barriles de alcohol en el s. XVIII!
- Confesión: Compramos más sobrasada de la que cabía en la maleta (y no nos arrepentimos).
💡 Tip viajero: Si llueve, el Mercado del Claustro es una buena opción para pasear sin mojarse.
Si quieres pasear por Mahón, aquí tienes toda la info: Un paseo por Mahón al atardecer: Descubriendo la capital con calma.

Mahón
3. Ciutadella: La Joya Medieval
Ciutadella tiene ese aire noble y mediterráneo que te atrapa sin hacer ruido. Calles estrechas, fachadas de piedra dorada, plazas tranquilas y un puerto con sabor a sal y caldereta. Aquí todo se camina y se saborea. Parece tranquila, pero está llena de vida: mercados, terrazas, niños jugando en las plazas y turistas haciendo fotos con cara de “esto es demasiado bonito”.
- Lo mejor para niños: corretear bajo los arcos de Ses Voltes, ver los pececitos en el puerto, buscar figuras en la fachada de la catedral y pedir un helado (o dos).
- Momento top: Sentarnos en la Plaça des Born, mientras suena un músico callejero. Mágico!
- Curiosidad: Las farolas del casco antiguo tienen escudos históricos… ¡jugamos a encontrarlos todos!
Si quieres explorar Ciudadella, aquí tienes toda la info: Ciutadella: donde el tiempo se detuvo.

Ciudadella
4. Fornells: El Pueblo de la Caldereta
Fornells tiene ese aire relajado que te atrapa desde el primer paso. Calles estrechas, casitas blancas con ventanas azules y un puerto lleno de barcos de pesca que cuentan historias de antaño. Aquí, el mar se siente de cerca, y cada rincón tiene un toque mágico, desde las terrazas con vistas hasta los rincones perfectos para perderse en familia.
- Lo mejor para niños: corretear por el puerto, ver los pescadores faenando y echar unas monedas a la fuente. También pueden disfrutar del paseo en barca o simplemente disfrutar del sol junto al mar.
- Momento top: Ir al restaurante La Guapa y que nos pongan unos baberos para cenar. Aquello pintaba divertido!!
- Curiosidad: En Fornells está uno de los fuegos artificiales más grandes de Menorca durante las fiestas de Sant Antoni. (a finales de Julio).
- Imprescindible: excursión en catamarán desde aquí, paseo por el puerto y helado al atardecer y cenar en una terraza caldereta de langosta (caprichazo pero merece la pena).

Fornells
5. Es Mercadal: El Corazón de la Isla
Es Mercadal tiene ese encanto auténtico que te envuelve desde el primer momento. Calles tranquilas, plazas con historia y un ambiente que invita a la calma. Aquí el tiempo parece ir más despacio, lo que lo convierte en el lugar ideal para relajarse y disfrutar de la auténtica vida menorquina.
- Lo mejor para niños: Ver a los caballos en los alrededores, recorrer el pueblo disfrutando de su arquitectura tradicional y pasar un rato divertido en las plazas donde siempre hay algo por descubrir.
- Momento top: subir al Monte Toro y disfrutar de sus vistas a Menorca 360º.
- Dato: Aquí nació la moda avarcas (las sandalias típicas menorquinas).
- Curiosidad: Los «caixers» (jinetes tradicionales) son una figura importante en la vida de Es Mercadal, y es común verlos montados en sus caballos recorriendo las calles del pueblo, una tradición que se remonta siglos atrás. Cuando llega la tercera semana de julio, el pueblo se transforma: los caballos y jinetes salen a las calles, las bandas marcan el ritmo y todos, grandes y pequeños, se sumergen en la tradición del jaleo.
💡Tip viajero: Aquí puedes comprar: abrigos de llana en Casa Manolo (taller tradicional desde 1920) y ensaimadas en Forn des Mercadal (las hacen con manteca de cerdo), o en la Pastelería Can Pons.

Es Mercadal